Tengo manzanas y peras de sobra, pero solo se me apetecen fresas

Pude ponerme digna y dejarle mi dirección para cuando se cansara de amores baratos, pero preferí dejarle mi corazón con mermelada para el desayuno; ya no lo necesitaba.

Cuando lo devoró, yo ya no estaba allí; ni siquiera sé si se sació.

Comentarios